Peqeña historia de navidad.

Ahi estaba. Esa tipica imagen familiar en navidad ya no me daba tantas nauseas como antes. En cambio, era la mejor navidad de mi vida. No se podia pedir mas: estaba con mis hijos y el amor de mi vida -principalmente-, cuñados y suegros, amigos,hermanos, sobrinos, etc.

Llegadas las doce, todos nos dirigimos muy ansiosamente a abrir los regalos, los adultos aun con las copas de brindar en las manos y los niños con la felicidad en los ojos. Recibimos regalos a no poder mas. Luego de repartir todos, la casa de Selene, mi cuñada desde hace tantos meses, se habia convertido en el sitio de juegos aun mas enquilombado que un parque de diversiones. Aviones por aqui, deportivos a escala por alla, vestidos, muñecas a montones, libros, cuentos, motos, autos, etc... Todos muy entusiasmados por todo lo recibido.

Mientras los niños jugaban con sus respectivos juguetes, leian libros y cuentos de seres con interminable vida, los mas grandes nos pusimos a bailar al ritmo de un buen lento.

Todas parejitas bienn ensimismadas en su dulzura, felicidad... amor. Selene y Armand, mis suegros, dos seres que eran la viva imagen del amor; Patricio e Ivy, la gracia y la finura en mis queridos hermanos del corazon que, junto con Celina y Andre -definitiva imagen de un entendimiento propio- eran los queridismos cuñados que jamas se olvidan de una fiesta de soltera post-boda. Helena y Mauricio, ella una brujita, mi mejor amiga en aquel antro de vida, el: inmortal hasta lo mas minimo de su cuerpo,adorables con sus hijos correteandoles por los alrededores; Alfonsina y Lorenzo, hija mayor de Helena embarazada con fecha para cualquier buen momento; Ian y Francesca, mi hijo mayor, aquel que decidio correr peligro ante mis malditos dones y salvarme de mi misma, y mi ahijada, hija de Helena -sin comentarios-, tambien embarazada con fecha para cualquier momento luego de Alfi.

Por ultimo, Noah y yo. Gran historia la nuestra, conocernos, enamorarnos, novios unicamente dos meses, casarnos y tener siete hijos en siete meses- algo bueno de ser una sanguijuela, supongo-.

- Te amo mas que a mi vida. Sos lo mas importante para mi, lo sabes, ¿no?- susurre en su oido.

- Tu lo eres mas para mi que yo para ti, eso te lo juro.

Me beso con tal fuerza, pasion y amor, que puedo asegurar que no existia algo en ese mundo que me alejara de ese momento hasta... que Patricio me agarro por detras y Celina se adueño de mi esposo, obligandole a bailar con ella.

-¡Feliz navidad!- gritamos todos.

LA MEJOR DE MI VIDA, pense.