jueves, 8 de septiembre de 2011

Ese que no lo es.

Sucede que a veces la gente confunde los términos. También pasa que hay muchos puntos de vista diferentes sobre un mismo tema. Para entender las relaciones de poder en un Estado, en una sociedad, tenemos que considerar, también, que hay muchos puntos de vista y muchas posturas de poder en ella.

Existen dos grandes posiciones acerca del poder:

.El poder como ‘cosa’ que posee una persona o una institución.

.El poder como algo que todos poseemos y podemos ejercer. Entonces esto se torna en una lucha constante de poderes.

Basándonos en la segunda definición de poder, nos encontramos con que todos tenemos una cuota de el y todos podemos ejercerlo libremente. Es ahí donde entran las relaciones de poder, porque también dijimos que el que todos tengamos poder implica una lucha constante.

Entendemos por poder, según el diccionario de la RAE, que es el ‘dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo’.

Nótese: ‘que alguien tiene para mandar o ejecutar algo’. Es decir que tiene que haber alguien que tenga más poder que otro. Y es allí donde encaja la figura del Estado.

Se considera al Estado como el sujeto que organiza las relaciones de poder. Es decir que tiene el poder suficiente para imponer la propia voluntad en los otros.

Hasta este punto vamos bien. Pero tenemos que volver al hecho de que el supuesto pueblo que domina ese Estado, también tiene poder. Ese poder es controlado por el poder del Estado, pero más allá de eso, sigue siendo poder. Hablamos del absolutizado.

Entonces pensamos, si el absolutizado tiene poder suficiente, ¿Por qué es que es lo que es? Sencillo. Esto se basa en una teoría denominada ‘contractualista’ que supone la creación de un Estado mediante un contrato aceptado por soberano y súbdito, sostiene que la base del Estado se justifica en lo que se podría llamar conciencia moral, llegando al punto en que la autoridad, el Estado tiene que ser aceptado, tiene que ser legítimo de tal forma que el soberano tiene el poder, y el súbdito debe obedecer.

Tomamos como ejemplo de todo lo explicado la película La Ola.

Comienza la verdadera historia con una única pregunta: ‘¿Por qué no podría instaurarse nuevamente un régimen dictatorial en Alemania?’. En esta película, podemos notar de aquello de lo que hablamos. Si bien el grupo La Ola se forma a partir de un trabajo practico en el que los alumnos debían entender el termino de Autocracia, terminamos por notar que el profesor no lleva en si lo que seria el poder del grupo, si no que el grupo es el que actúa, llevando desiciones, actuando para hacerse conocer e instaurar su propio poder, ese poder del absolutizado. Ese poder que es manejado por el ideal, por la voluntad del soberano que, en este caso, seria el profesor encargado de la clase que dio pie a la idea para demostrar que aun así, en una nueva sociedad, con nuevas mentes, ideales y experiencias, podría instaurarse el régimen dictatorial.

No hay comentarios:

Vampiro Vegetariano.